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LOQUILLO, BROCHE DE ORO A LA PROGRAMACIÓN CULTURAL DE VERANO EN VALDEPEÑAS

Broche de oro para la programación cultural que se ha venido desarrollando durante todo este verano en la que es una de las ciudades más importantes de Ciudad Real y de toda Castilla La Mancha y donde podemos alojarnos en un hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas. Loquillo, uno de los iconos del rock español, visitará el jueves 9 de septiembre la plaza de toros de la localidad dentro de su gira 2021 ‘El último clásico’. Autor de himnos de la música en español como ‘Rock and roll star’, ‘Cadillac solitario’ o ‘Feo, fuerte y formal’, el músico catalán provocará sin ningún género de duda que todos aquellos que acudan a este concierto sientan la irresistible necesidad de bailar. De bailar sin parar. Y de tararear muchas de sus grandes canciones.

José María Sanz nació el 21 de diciembre de 1960 en el barrio barcelonés de Clot. Ese es el nombre de a quien todos conocen como Loquillo. Un tipo duro, de aspecto imponente, que combina cuero, traje y tupe con un estilo único e inconfundible. Junto al baloncesto, la música fue siempre una de sus pasiones, comenzando como colaborador en publicaciones musicales y haciendo las veces de mánager del vocalista de Los Rebeldes, Carlos Segarra. Sería en 1980 cuando grabase su primer disco, ‘Los tiempos están cambiando’, antes de formar parte de Los Intocables, con los que grabó un álbum. Sería en 1983 cuando saliese al mercado su primer disco con el que sería su gran grupo, Los Trogloditas.

Ahora en solitario, Loquillo celebra sobre los escenarios, en este caso el de la plaza de toros de Valdepeñas, donde podemos encontrar un alojamiento de vanguardia en pleno centro urbano, sus más de 40 años de dedicación a la música presentando un disco en el que han colaborado grandes figuras de la música española como Santi Balmes, de Love of Lesbian, Marc Ros, de Sidonie; Leiva; o quien es su mano derecha, Igor Paskual. Un trabajo en el que el músico parece desarrollar una doble personalidad con una primera parte que se instala en el Loquillo más clásico y una segunda en la que, sin alejarse del rock, parece experimentar con nuevos lenguajes y sonidos.

Pero además de la mejor música española, esta bonita localidad, donde podemos alojarnos en un hotel con spa en Valdepeñas, nos ofrece mucho más. Conocida como la Ciudad del Vino y sede de la Denominación de Origen Valdepeñas, podemos disfrutar de un buen número de actividades relacionadas con el enoturismo. Visitas a bodegas, a enotecas donde hacerse con caldos de altísima calidad y al Museo del Vino, levantado sobre la antigua bodega de Leocadio Morales, fechada en 1901; la relación directa del vino con la rica gastronomía de la zona… Y es que esta tierra produce vinos, extraído de uvas de doce variedades diferentes (seis blancas y seis tintas) con una personalidad tan propia como la región en que crecen sus vides.

Una visita, a modo de paseo contemplativo, merece la Plaza de España, centro histórico y social de una ciudad donde contamos con un hotel de cuatro estrellas con spa en Valdepeñas. Este espacio, que destaca por la mezcla de los colores blanco y añil en sus fachadas y que proviene de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, acoge el Ayuntamiento, edificio que data del siglo XVI y formó parte del Palacio del Marqués de Santa Cruz y donde se conserva una estancia con mobiliario alfonsino que reproduce el despacho histórico de los alcaldes de la villa; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Bien de Interés Cultural y construida sobre los restos de una fortificación musulmana, que cuenta con dos hermosas portadas, la del Sol de estilo gótico isabelino y la de los Catecúmenos decorada con el cordón franciscano, conchas y rosetas; y una atractiva fuente central que tiene como motivo una prensa de vino.

También es interesante acercarse a conocer la iglesia de los Trinitarios, construida entre 1615 y 1623 siguiendo el modelo jesuítico y que formaba parte de un convento; la ermita de la Vera Cruz, levantada sobre una antigua sinagoga en el siglo XVI; la iglesia del Santo Cristo de la Misericordia; un casco histórico con un buen número de casas modernistas (Cruz, Izarra, Ruiz Poveda y el Casino La Confianza); el Museo Municipal, con pinturas de Antonio López o Pancho Cossío y esculturas de Venancio Blanco o García Donaire; el Museo Molino de Gregorio Prieto; y el Centro de Interpretación del Agua. Y en las afueras de la ciudad, el poblado íbero del Cerro de las Cabezas.

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