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VALDEPEÑAS Y SU RUTA DE LAS ESCULTURAS: DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Hace unas semanas hablamos en nuestro blog de la Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas, una de las más importantes del panorama artístico español y Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su Categoría de Oro. Y es que esta ciudad manchega es un lugar de paso obligado para los amantes de la cultura y para quienes quieran disfrutar de un hotel de cuatro estrellas de vanguardia. En esta ocasión, a lo largo de dos semanas, vamos a pasear sus calles para descubrir un sorprendente ‘museo’ al aire libre. La conocida como Ciudad del Vino se abre ante nosotros a través de su Ruta de las esculturas.

Encontrarse en las tierras por las que un día paseo el imaginario de Miguel de Cervantes en las figuras de don Quijote y Sancho Panza hace que se conviertan en protagonistas indiscutibles de esta primera parte de nuestra ruta. La primera parada, alojados como estamos en un hotel situado en el centro histórico de Valdepeñas, nos obliga rememorar aquel pasaje del libro en el que el Caballero de la Triste Figura entabla singular batalla contra quienes para él eran gigantes y para su escudero, molinos de viento. Será en la avenida 1º de julio con la ‘Alegoría a la batalla de los molinos de viento’, de José Lillo Galiani, una escultura que recrea este momento con una visión muy personal construida sobre el retorcimiento y las ondulaciones de los elementos compositivos.

Sin movernos de esta misma calle de Valdepeñas, donde encontramos un hotel con spa para toda la familia, la transformación caballeresca de Alonso Quijano y todo lo que la rodea nos acompañarán en un recorrido que nos acercará a diferentes momentos de una de las obras más importantes de la historia de la literatura en español. ‘Quijote’, de Venancio Blanco, representa el idealismo utópico de este entrañable personaje cervantino al aparecer con los brazos en cruz, sujetando uno la lanza y el otro el escudo, mirando hacia el cielo en una actitud en la que parece suplicar que impere la justicia en una sociedad deshumanizada.

Unos pasos más allá nos encontramos con las ‘Armas de don Quijote’, conjunto escultórico que representa lanza, escudo, espada… apoyadas sobre el brocal de un pozo, obra de José Lillo Galiani. Rememora aquella escena del libro en la que el ingenioso hidalgo decide velar sus armas, acción necesaria si quería convertirse en caballero, en lo que el considera un castillo y donde Sancho no termina de ver más que una venta.

Otra posada y otra escena, pero ahora con el escudero como protagonista, son las protagonistas de la siguiente escultura que vamos a visitar. ‘El manteo de Sancho’, de José Herreros, muestra con un marcado estilo expresionista basado en la deconstrucción y la deformación de las cosas, el momento en el que aquel es manteado a la salida de la venta de Juan Palomeque, una acción que era muy popular en los siglos XVI y XVII como castigo o burla hacia jóvenes e ingenuos.

Nos despedimos de la avenida 1º de julio, muy cerca de nuestro alojamiento de calidad para toda la familia, con la imagen de ‘Dulcinea’, obra de Javier Galán en la que trata de reflejar la dualidad existente entre la fantasía de don Quijote, que ve en esta mujer a “la sin par Dulcinea de El Toboso, emperatriz de la Mancha y sin igual belleza”, y la realidad de “Aldonza Lorenzo, hija de aldeanos y labradora, cuya cara estaba picada de viruelas”. Contemplan este conjunto escultórico dos relieves en bronce que nos muestran a Alonso Quijano en dos momentos cumbre de la obra, en su delirio leyendo libros de caballerías y en el momento de su muerte.

Una última obra, situada en la Plazoleta del Auditorio, nos sirve para poner punto final a nuestro paseo de la mano de Cervantes. ‘Desatino’, de José Lillo Galiani, vuelve sobre la batalla de los molinos de viento para presentarnos a Rocinante, el rocín de don Quijote, como una metáfora de la lucha del animal contra las máquinas y víctima inocente de la ‘locura’ de su amo. Es curioso que ni en esta obra ni en la ‘Batalla de los Molinos’ con que abrimos este paseo, Alonso Quijano tenga protagonismo alguno.

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